El Ojo de Venus

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Parte del cosmos

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PARTE DEL COSMOS Paula Eugenia, El Ojo de Venus

Huele todo como a otoño ya. Me fascina eso. Si cierras los ojos lo sientes seguro.

Ven, te invito a ponerte cómoda, prepararte una infu, ponerte musiquita, aquí te dejo una playlist que he creado con canciones que me resuenan, me han acompañado y amo. Y relaja tu cuerpo. Aquí no hay prisa. Ninguna.

Te cuento, hoy me siento parte del cosmos y el cuerpo me vibra entero, ¿será que es luna nueva? Puede.

Mi cuerpo internamente rebosa de un cóctel hormonal de amor maravillosamente loco y profundo. De amor a mi, a mi propio ser y al universo, pero no siempre es ni ha sido así, lo irás viendo en las siguientes cartas. Y todo viene de la sesión de fotos ayer.

No sabía bien, bien, como empezar esta cuarentena de "Deseo habitar mi cuerpo", porque en realidad es "algo" muy tocho, muy grande. Y va a ser muy llana y transparente. Muy de tú a tú. Desde lo cotidiano, la fotografía y vivencias sentidas. Justamente esto, este autoamor, es lo que internamente me mueve a poner palabras a lo que vivo, a enlazarlo con el pasado y el futuro; entretejiendo sentires, vivencias y sensaciones en el tiempo.

Puede parecer raro, intenso, o lo que sea. Pero para mi tiene todo el sentido del mundo, bajar revoluciones, vernos un poco más cada día, más allá de lo que lo hemos hecho hasta hoy. Cada día un pasito más en esa escucha corporal. Es muy empoderante si lo honramos sin caer en la rapidez; sabiendo encontrar en la sencillez y la lentitud del tiempo el placer de habitarnos. Pues el cuerpo es sabio, y lento. Es como la tierra, necesita de tiempo para cobijar semillas y cuando llegue la temperatura, sol y agua adecuados ellas germinarán. Respetar los tiempos, el silencio, la pausa, la escucha; cualidades que se han ido eliminando del mundo actual en el que todo es correr, correr, correr... Y no se si el verbo empoderar me encanta, pero permitirnos ese pasito de más, a diario, para nuestro autoconocimiento es muy satisfactorio y liberador.

Al lío.

Hace un ratito he acompañado a una gran mujer a Sants Estació, Bcn. Pues tenía su tren de vuelta a Madrid después de nuestra sesión de marca personal de ayer. Está claro que amo acompañar a mujeres como tú, documentando nuestras vidas, creaciones y procesos vitales. La sesión de ayer fue tan especial como todas las anteriores. Es muy mágico compartirnos desde el Ser y lo precioso para mi, es ser espectadora de como se van desarrollando las semanas de preparación, nuestra confianza, tu camino, decisiones y la transformación alquímica el día en cuestión. Ella eligió ir a perdernos a unas pozas de alta montaña para explicar la magia de su marca personal y a mitad de sesión le entró una llamada muy importante y me pidió atenderla, dijo que serían unos 15/20min. Por supesto le hago la señal de OK. Me viene a la mente aprovechar ese huequito para estar conmigo, perderme en el bosque, hacer silencio, desnudarme, fotografiarme, mirarme, escucharme, cantarme, acariciarme y documentar lo que siento.

Aquí va.

Cuando me fotografío desde mi esencia, desde encontrar quién soy, siento que la vida es un manantial sin máscaras. Desnudarme sola en el bosque siempre me da sensación de estar en casa. Siento estar en coherencia conmigo, con mis orígenes, con algo ancestral, con el cosmos, que designa orden, aunque no siempre lo he sentido así en mi. Hacerlo con cuidado, atravesando cada día un pasito más de miedos y límites propios, ha sido y es liberador. Si me doy el…

…Permiso…

… Siento expansión interna.

… Siento conexión conmigo a través de la naturaleza. Me dejo tocar por la brisa, el sol, el agua que corre y la tierra.

… Siento todo lo que acontece a mi alrededor con los ojos cerrados.

… Siento valentía.

… Siento ser vivida por mi.

… Siento mariposas en el estómago.

… Siento ser parte de algo más grande.

… Siento ser parte del cosmos.

…Siento ser portadora de sentires.

… Siento que se para el tiempo.

… Siento serme vista por mi.

… Siento, al verme en las fotografías de ayer, que ocupo el papel de protagonista de mi vida. Que no siempre es o ha sido. Pero verme me recuerda lo vivido y lo sentido.

Veo mi cuerpo y siento la admiración que siento por él hoy. Recordando que no siempre fue. Que el cambio vino de la mano de cuando empecé a experimentarme en el autorretrato. Empecé a lamer mis propias heridas y en cada encuentro conmigo misma,

se abría una grieta de luz en mi.

Una grieta tan luminosa, que como dice La Mare, decidí abrirme entera y verme por dentro.

Y termino ya. Estirada en mi cama en este día lluvioso, dejando que su rumor entre por la ventana.

Desde mi habitación propia, la de mi colina, deseo que me dejes entrar en la tuya en forma de cartas, tomarte de la mano, mirarte a los ojos y sentirnos el cosmos entero.

Mirarnos y sonreír.

Todo está bien.

El Ojo de Venus

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