Suelta todo, ahora importas tú.

El cuerpo me habla.

Tiene mensajes para mi, para ti, somos una.

“Nadie nos persigue, no hace falta correr. No necesitamos vivir en modo supervivencia, con el cuerpo en contracción como si un león nos persiguiera para cazarnos. No necesitamos estar en guardia. Ni siquiera salimos a cazar ya. Así que aflojar el cuerpo está bien. Aflójame…

Respirar lentamente está bien. Respira…

Cerrar los ojos y sentir la brisa está bien. Siente…

Dejarnos sorprender por los sonidos que se reproducen fuera de nosotras está bien. Sorpréndete…

Volver a aprender a escuchar nuestros propios ruidos internos es una maravilla. Maravíllate…

Nuestra respiración, nuestro estómago, notar el bombeo del corazón, está bien. Escucha…

Apreciar cómo se va aflojando el cuerpo, cómo tus músculos se relajan, cómo ellos mismos se acomodan mediante espasmos, qué gustooooo…

Atenta a mis señales, si te duele algo, escúchame, soy yo, tu cuerpo, enviándote señales. Cuando te envío dolores, malestares es que algo no va bien. Es que has vuelto a correr, a desconectarte de ti, de tu esencia, de tu alma.

Vivir despacio es urgente. Soy tu cuerpo físico y te lo digo desde el amor.

EJERCÍTAME.

Sácame a pasear, a correr o en bicicleta a la naturaleza; para a mitad de camino y descálzame, necesito “grounding”, descargar energía y equilibrarla para funcionar bien, para desentumecerme y regularme. Permíteme estirarme en el campo, la playa, la montaña… Quiero respirar al son de la naturaleza.

NÚTREME.

Aliméntame con alimentos sanos para mi, usa la intuición, tu sabiduría…

ACARÍCIAME.

Necesito que me tengas en cuenta. Mi mayor órgano es la piel y no estás. Hace tiempo que no estás. Yo sin ti no vivo y tú sin mi tampoco. Cuando nos duchemos siente el agua caer sobre mi, sin prisa, suave, calentita. Cuando me embadurnes de aceites hazlo con calma, nadie nos ve ni nos persigue, sonríe :) Estos minutos de conexión son lo más importante de muestro día. Es lo que hace que aterricemos, que nos vivamos en presente. Amo cuando me masajeas fuerte los hombros, así siento que se aflojan. Me encanta cuando me masajeas con intención la mandíbula, las sienes y los pies. No pienses en nada más que en lo que sientes acariciándome. El presente como bien dice su nombre, es un regalo.

MÍRAME.

Mirarme de pasada y corriendo antes de salir de casa no es mirarme. Cuánto tiempo hace que no me miras de cuerpo entero, con admiración, maravillada de lo que somos, sintiéndote orgullosa de la mujer que somos. ¿Y mirarme lentamente? De eso ya ni hablamos. Te has fijado en lo divertido que es ver crecer el vello, y ¿ver cómo se eriza? Mírame a los ojos, que más allá de su color estas tú, estamos, somos. Allí podemos descubrir universos enteros e inexplorados. Mírame.

SIÉNTEME.

No vale la pena vivir angustiada por lo que pasó o lo que pasará. Ríete de la vida, del ahora, de cada instante. Siente que todo está bien. Tú estás bien. Qué todo tiene un porqué y que nada, en realidad, depende de ti, nada. Si tiene que suceder, sucederá igual. Sonríe :) No me dejes caer al vacío, acompáñame poco a poco, a descender juntas. A desaprender lo que creímos haber aprendido. Eso está bien, a veces ya no funciona lo que si funcionó en otra época. Tal vez era un mecanismo de supervivencia que ya es caduco. Podemos sentirlo dentro unos instantes y si estamos seguras de que ya no nos pertenece, podemos soltarlo.

Mudar de piel está bien. Sacar todas las emociones es bien. Permítemelo.

ESCÚCHAME.

Pasito a paso, poco a poco, irás sintiendo cuando te hable. A veces un tirón, a veces dolor de cabeza. Otras, si no me escuchas, grito en forma de súper mega catarro. Y si insistes en alargarlo, irá a peor el dolor. YO SOY TU BRÚJULA. Lo que sientes dentro (tus emociones) necesita salir, si no les abres el portón se van estancando y pudriendo dentro. Deja que la tormenta te acune, luego, como bien sabes, llega la calma.

ENAMÓRATE.

Volver a empezar de nuevo. Volver a enamorarnos, yo de ti y tú de mi. Todo lo bueno es posible para nosotras si conseguimos llegar a este punto de conexión otra vez. Cuando nacimos éramos una. Y en algún punto de nuestra historia nos desenamoramos, pero, ¿sabes qué? VOLVER A SENTIRNOS UNA ES POSIBLE. Volver a mirarme al espejo y reconocerte en mi es posible, volver a amarme es posible. Yo soy tu cuerpo, tú me elegiste para vivir esta experiencia aquí y ahora. Has venido a aprender lo maravillosa que eres en todos tus cuerpos. Quiero que sepas lo importante que es vivirte bien, vivirnos bien, despacito, sabiéndonos merecedoras de cada instante y enamorarnos de nuevo. Yo de ti y tú de mi.

¿VOLVEMOS?

Si sientes el llamado a volver a ti, a re·en·amor·arte de ti, a darte otra oportunidad, a ¿renacer en amor a ti? En unas semanas estaré abriendo las postulaciones para el viaje corporal que os estoy ultimando RENACER < En este link puedes facilitarme tu email para que yo pueda mantenerte informada.

Un guiño,
El Ojo de Venus

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